El mundo está atravesando una profunda transformación desde todo punto de vista: medioambiental, social, económico, científico, tecnológico y espiritual.
Ahora bien, ¿cómo podemos acompañar este cambio y darle sentido?
¿Cómo queremos vivir personal y colectivamente? ¿Cómo podemos tender hacia la construcción de sociedades y economías más sostenibles, inclusivas y equitativas?
Hoy, quisiera abordar con Ariane Bilheran el impacto de los mecanismos de manipulación a través del miedo, la cuestión de nuestra libertad y la evolución del sistema educativo. Desde el inicio de esta crisis, la mayoría de los gobiernos y autoridades sanitarias han descuidado por completo el concepto de salud integral. Priorizar una medicina holística (del griego «holos» que significa «todo» y «entero») es tener en cuenta el hecho de que todo es una unidad. No podemos enfocarnos exclusivamente en la parte biológica porque los estados físico, emocional, mental y espiritual están profundamente entrelazados.
Cabe observar que hay un aumento exponencial de patologías a nivel psicológico: disolución del vínculo social, aislamiento, dependencia de las nuevas tecnologías, agresividad, ataques de pánico, depresión, aumento del uso de drogas, suicidio, etc. Las incertidumbres y la inestabilidad en cuanto a nuestro futuro nos obligan, por supuesto, a volver a nosotros mismos y al momento presente para atravesar algunas de nuestras ansiedades y más profundas resistencias, pero está claro que no todos tenemos la misma capacidad de resiliencia.
Diplomada por la prestigiosa École Normale Supérieure (ENS), psicóloga clínica, doctora en psicopatología, especializada en el estudio de la manipulación, el acoso, la perversión y la paranoia, Ariane es también escritora y conferenciante. Le gusta escuchar, emprender, compartir y transmitir; además, es autora de una veintena de libros de psicología y filosofía, para adultos y niños, y ha publicado una treintena de artículos, algunos de ellos en reconocidas revistas.
Retrata una realidad escalofriante con las medidas totalitarias adoptadas por la mayoría de los gobiernos mundiales pero subraya, al mismo tiempo, que «no es la primera vez que tenemos que enfrentarnos a una tiranía pseudocientífica, regidos por una ideología impuesta destinada a moldear nuestro comportamiento, nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestras acciones». Estigmatizando los «métodos de acoso» (desde el shock traumático hasta la confusión mental y emocional o incluso la culpabilidad), comparte sus consejos para evitar estos escollos y recobrar nuestro poder personal. Si llevamos a cabo esta transformación individual, llegaremos a una mejor aceptación y comprensión de nuestra naturaleza y no tendremos esta necesidad de cambiar al otro a toda costa con el fin de crear una sola verdad, una sola realidad.
Participó en el documental Hold-Up, realizado por Pierre Barnérias, que ahora sufre un linchamiento mediático por expresar un punto de vista que se aleja de la visión dominante. ¿Qué opina de esta excesiva reacción política y mediática y de esta oleada de odio?
Tal y como dices, se trata de un linchamiento mediático por parte de los medios de comunicación tradicionales. El documental fue muy bien acogido por la gente ya que suma millones de reproducciones en una semana. Entonces este linchamiento se hace de forma inquisitorial, esta es la doxa 1,la información ya precocinada que nos obligan a tragar. Y sobre todo, ¡debemos abstenernos de ir a ver esa película! Creo que el pueblo francés ya no se deja engañar por lo que le están imponiendo ni por lo que se avecina. Este linchamiento permite, por lo tanto, desvelar el uso de métodos difamatorios y de acoso.
Por mi parte, apoyo la diversidad de opiniones, la necesidad de un discurso contradictorio y divergente, y apoyo al pueblo en su anhelo de libertad, verdad y justicia. ¿Quién tiene derecho a decirnos lo que tenemos que pensar? Cada ciudadano es capaz de hacer un juicio crítico y debería poder cambiar de punto de vista sin verse desposeído de este derecho por un poder político y mediático que se vuelve ilegítimo a partir del momento en que maltrata a su población y que desea controlar lo que pensamos o no. El poder mediático (de nuevo, ¿quién lo financia?) también se ha vuelto un «experto» menospreciando a los verdaderos expertos.
¿Cómo escapar ileso de esta paranoia colectiva que presenta el discurso del miedo y que se traduce en una censura aterradora, en el confinamiento de las personas, en la destrucción de la economía, del sistema de salud, etc.?
Mi análisis de los colectivos que caen en una tendencia paranoica en las empresas -compañías que he podido auditar durante años-, me lleva a pensar que no solo este fenómeno no va a parar sino que además no saldremos ilesos. La paranoia colectiva sigue y prosigue su lógica de destrucción masiva; pierde fuerza después de un tiempo dada la magnitud de las destrucciones, lo que a su vez conduce a una creciente toma de conciencia de las personas que no querían y/o no podían ni oír, ni ver ni saber.
¿Por qué tanta apatía generalizada y falta de pensamiento crítico al igual que los hombres del mito de la Caverna? ¿Por qué preferimos la ilusión a la verdad?
La apatía está ligada a la sideración 2, al shock y la confusión ante mensajes paradójicos que aturden la mente. Además, en una sociedad de lo inmediato, de demandas instantáneas e incesantes -fenómeno agravado por las redes sociales-, ya no hay suficiente espacio para pensar. Es muy angustiante pensar que los gobernantes, presentes en la psique con un rol de función parental, no nos desean necesariamente lo mejor.
Finalmente (y mi respuesta no es exhaustiva), creo que el trauma colectivo generado por la violencia política de este año (y de los anteriores) no está superado, y que da mucho miedo admitir que el mundo de antes ya no existirá tal y como lo hemos conocido. Esto implica pasar una fase de duelo que, por ahora, pocos están dispuestos a hacer, lo cual es comprensible.
Hannah Arendt demuestra que el totalitarismo surge precisamente de nuestro miedo a la libertad. ¿Por qué tenemos tanto miedo de retomar las riendas y la responsabilidad de nuestra vida?
Ser responsable es ser capaz de asumir nuestros errores y poder corregirlos. La postura infantil puede, de manera ilusoria, tranquilizarnos y presenta la ventaja de transferir responsabilidades a otros. Asumir nuestra responsabilidad también significa correr el riesgo de equivocarnos y aceptar las consecuencias por ello. Esto supone una autonomía interna, es decir, desarrollar la capacidad de fijar nuestros propios límites y leyes internas. Pero estamos en un mundo que prioriza el placer inmediato y el consumo instantáneo. Así, algunos prefieren apoyarse de manera idólatra en portavoces antes que asumir el riesgo de la singularidad de su propio discurso, siendo incapaces de experimentar la frustración y limitación que representa la responsabilidad personal hacia uno mismo y hacia los demás.
Pensamiento único, censura y maniobras destinadas a desprestigiar a los que piensan de manera diferente… ¿Cómo permanecer fiel a nuestros valores y convicciones?
Es una cuestión de integridad. Tienes que estar dispuesto a hacerte algunas preguntas esenciales:
¿Hasta qué punto estoy dispuesto a consentir mi pérdida de integridad?¿Hasta qué punto estoy dispuesto a aceptar que me deshumanicen por miedo?
Las respuestas son individuales. Ahora bien, en el momento que se llega al límite, que también es personal para cada uno, se genera un salto de conciencia en el ser que antes había permanecido pasivo.
Describe el mundo de hoy como un mundo «donde estamos desposeídos de todo libre albedrío, un mundo regido por el control, la infantilización, el miedo, la culpabilidad…». ¿Realmente somos capaces de liberarnos de nuestras cadenas para ser libres, o cree que nuestra única libertad radica en el cumplimiento de nuestro destino?
El destino se compone, a la vez, de determinismo y de libre albedrío. Cada uno tiene la oportunidad de retomar las riendas de su destino en la parte conferida al libre albedrío. Hay que volver a empezar desde la base, los cimientos. ¿Qué deseo para mí y el futuro del mundo? ¿Cuáles son mis ideales? ¿Qué es lo que acepto o no?La libertad supone afrontar nuestros miedos con valentía, y no negarlos. La libertad no se da, se ha de conquistar.
Inició su carrera profesional como psicóloga infantil y el bienestar de los niños es particularmente importante para usted. ¿Qué efectos puede tener el confinamiento, la disolución del vínculo social y las medidas tomadas sobre el desarrollo psicosocial del niño que se ve obligado a reprimir su naturaleza profunda y su espontaneidad?
Una política basada en el terror, sea la del terrorismo, la de una crisis sanitaria o la del totalitarismo, es traumática para los niños. Nuestros gobernantes son bomberos-pirómanos que siembran discursos de división. Además, los procedimientos totalitarios también tienen como objetivo debilitar la posición de los padres, dividir y separar al niño de su familia y encerrarlo en conflictos de lealtad. Esto es muy perjudicial para la psique en ciernes.
Los niños son un blanco muy atacado hoy en día, ya sea por el terror, la división, el consumismo, las pantallas, por el debilitamiento de la posición de los padres, los discursos contradictorios, así como por la ausencia de un contexto sereno de elaborada transmisión de conocimientos adecuada a cada edad.
Las consecuencias graves son trastornos de ansiedad, de fobia, traumas, depresión, pensamientos suicidas, entre otras cosas. Los niños cuyos padres son maltratados por el estado y/o la crisis económica y el sufrimiento laboral también corren un alto riesgo.
La niñez debe ser la época de la inocencia y la alegría; es un momento fundador para toda la vida adulta posterior, es imperativo proteger a la infancia de las experiencias de inseguridad.
Según usted, ¿la escuela está cumpliendo con su misión o deberíamos plantearnos otra forma de educar a los niños?
Ya me he pronunciado muchas veces sobre la quiebra de la Educación Nacional, tanto sobre la transmisión de valores como de conocimientos. Es un negocio que empezó hace décadas, con Foucambert 3 y los pseudo-pedagogos. Liliane Lurçat 4, a quien cito a menudo, había escrito varias obras esclarecedoras sobre este tema.
La intrusión de las pantallas en la escuela marcará su final. Los profesores no tienen la culpa ya que también son víctimas de un sistema que va contra el sentido común.
Yo soy de la vieja escuela, es decir, la que considera que no se respeta la infancia ni con demasiado autoritarismo ni con demasiada laxitud. El niño sabe que está evolucionando y necesita un marco, reglas, pero también aprender la disciplina. Tal y como decía Kant, sin disciplina aprendida, el conocimiento no podrá ser transmitido; enseñar la disciplina es enseñar herramientas de autocontrol que darán frutos más adelante. Es fundamental ayudar al niño a salir gradualmente de una vida compulsiva fundada en el principio del placer («hago lo que quiero y como lo quiero») y apoyarle en su crecimiento en los aprendizajes elementales (lectura, escritura, matemáticas y lógica). También resulta esencial fomentar el acceso a la responsabilidad (ser responsable de su palabra y sus acciones) y animarle a aprender a confiar en su instinto fomentando el juego y el despliegue de la imaginación y transmitiendo conocimientos que serán recursos emocionales para su vida adulta (arte y música en particular).
Educar es el arte del difícil equilibrio y requiere paciencia, regularidad, disciplina, justicia y amor.
El aprendizaje de la separación de las generaciones es también fundamental para anclar esta transmisión en el tiempo.Escribí un libro, Psicopatología de la autoridad5, que abarca toda la protección y el respeto que debemos mostrar hacia los niños. La autoridad (y no el autoritarismo) es una protección para el niño, especialmente la autoridad de los padres.
Somos seres profundamente táctiles, y tocar o ser tocado trasciende la mera necesidad biológica. Es una forma de comprender mejor nuestras emociones y de promover el desarrollo de la empatía en particular. ¿Cómo evitar que el otro se convierta en un peligro o en un enemigo? ¿Cómo imagina las relaciones del futuro no tan lejano?
La ternura es el principal factor de cohesión en los colectivos sanos, mientras que la seducción perversa lo es de las sociedades que retroceden. El otro es un espejo de mí mismo, de lo que he consentido, de lo que he dejado que suceda, pero cada ser humano lleva también en sí la condición humana.
Creo que vamos hacia una escisión de la humanidad, entre aquellos que aceptarán vender sus almas a algún tipo de Golem moderno [/efn_note]Según la cultura judía, es un autómata con forma humana, sin capacidad para hablar y desprovisto de libre albedrío, que algunos santos rabinos tenían el poder de animar.[/efn_note] y aquellos que no.
Por el momento, estamos viviendo el sufrimiento del parto y los destinos aún no están determinados ya que también dependen de la toma de conciencia de los seres humanos y de su clara posición en cuanto a un futuro transhumanista-golémico o a un futuro mucho más humilde, volviendo a su cualidad de ser humano, de paso en esta tierra y portador de esta posibilidad divina del amor infinito.
¿Cree que ciertos egregores (energía común producida por una poderosa corriente de pensamiento colectivo) se reactivan para poder sanar y transformar ciertas creencias que alimentan la división? En el caso de Francia y España por ejemplo, es difícil no establecer paralelismos entre las circunstancias recientes y los acontecimientos del siglo XX, ya sea la dictadura de Franco o el episodio de Colaboración en Francia durante la Segunda Guerra Mundial.
Cada pueblo tiene sus propios traumas y su parte de responsabilidad, que en algún momento deben ser superados. Pero el pueblo también es la suma de los individuos, por lo que este trabajo debe hacerse primero en uno mismo.
¿Cuál fue el papel de nuestros antepasados en estos períodos que citas? ¿Cómo entender este papel? ¿Por qué unos se resisten y otros colaboran? También debemos tener en cuenta el tema de los mecanismos de supervivencia en un contexto totalitario. Es fácil juzgar situaciones no vividas, pero creo que es más fructífero tratar de comprender por qué los seres humanos quedan atrapados en ciertos callejones sin salida. Por ejemplo, me parece importante entender que el momento paranoico del sistema totalitario conduce a una regresión perversa en algunos (que encontraremos en los jefes de poca monta de este sistema), simplemente porque la perversión es un posible mecanismo de defensa contra la locura. Por lo tanto, para no sentirse abrumado por la locura circundante, la persona cae en la perversión, de lo contrario, enloquecería.
Explicar no significa excusar, sino que ayuda a comprender mejor el panorama general.
¿Cómo pueden la inteligencia del corazón y el poder del amor transformar este miedo irracional e incontrolable a la muerte (tanatofobia) que se ha extendido como la pólvora?
El miedo no puede conducir nuestro vehículo porque solo nos hará decir y hacer tonterías. Tener miedo puede ser una indicación interesante de una situación de peligro, pero las decisiones tomadas ante este peligro deben ser fruto de la inteligencia (análisis racional de la situación), del instinto y del amor.
Debemos redescubrir los fundamentos del respeto de lo sagrado de la vida, del amor a los seres vivos y de una profunda solidaridad. Este período oscuro que atravesamos y que corre el riesgo de volverse más oscuro nos enfrenta a nosotros mismos y nos obliga a despojarnos de lo superfluo para recuperar nuestra esencia ynuestra conciencia.Y nuestra esencia es el amor, no el miedo.Solo te conoces a ti mismo y a los demás en situaciones de crisis y revelació.
Notas/Notes
Doxa es una palabra griega que se suele traducir «opinión». Fue un concepto utilizado por Parménides, y más tarde por Platón.
El fenómeno es conocido en el ámbito de la medicina, también llamado «inmovilidad tónica». Se trata de un conjunto de mecanismos de defensa, que se activan ante una situación traumática, y que producen un estado de parálisis involuntaria.
Pedagogo francés conocido por sus teorías sobre el método global de aprendizaje de la lectura y escritura en los años 70 y 80.
Psicóloga francesa experta en las relaciones de los niños con la televisión.
Libro publicado en francés, 2a edición, octubre 2020, Ed.Dunod.